domingo, 31 de enero de 2010

Las Fotos de la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria, Pueblo Nuevo, Guanajuato 2010.

La Fiesta en Honor, a la Mayor Gloria de la Virgen de mi Pueblo.
Nuestra Señora de la Candelaria.










Hoy se celebra una vez más, la Fiesta en Honor a la Mayor Gloria de Nuestra Señora de la Candelaria de Pueblo Nuevo, Guanajuato. Cada año es una celebración un poco diferente. 

En la actualidad, nuevos grupos musicales son invitados a la serenata, nueva gente con ideas diferentes, nuevas costumbres. Me han dicho que ya no se regalan las ollas con el nombre ni rótulo alguno. Ya la celebración de regalar ollas ha cambiado quizá, por la de un mercado al aire libre, una verbena popular. 

Yo recuerdo que iban muchos artesanos de Celaya y Michoacán a vender sus artesanías. Quizá lo que les cobran de plaza es muy caro y no les conviene. Recordemos que ésta gente viene de otros lados, duermen en sus vehículos o debajo de los puestos, hacen de comer para si mismos y si lo que venden no se vende y encima de todo eso; se les cobra carísimo, simplemente no pueden venir al pueblo aunque lo deseen hacer. 

Vendían juguetes para los chicos, máscaras de cartón, muñecas de Celaya, (que aunque la tradición es venderlas para la Semana Santa), baleros, trompos, luchadores, trastes en miniatura para las chicas, rifas, puesto de lotería en donde la gente participaba y ganaban regalos y hasta toques de electricidad que los valientes pagan para que les den uno. 

Naturalmente que se vendían muchísimas ollas para beber atole o café y ollas grandes para el agua y cocina. Cazuelas de barro enormes y todo tipo de utensilio de la cocina que se usaba en antaño. Ahora la gente desea tener una olla de aluminio o de acero para que no se rompa. Cocinar en cazuelas de barro es una experiencia diferente. Hagan la prueba. El fuego es manso pero consistente. Deja los alimentos de un sabor delicioso porque no se cocina "arrebatado" por decirlo de esa manera. Debemos proteger a nuestros artesanos y no comprar lo que es hecho en China. Se tiene que escoger lo que se compra porque con la invasión china, es casi una aventura el poder encontrar lo que nuestra gente hace. Ya hasta la Virgen de Guadalupe y la bandera de México son hechas en Oriente.













Diego Villanueva el carnicero, a quien le decían "la coneja" ponía una ola. Una ola es un juego mecánico hecho completamente de madera y sin motor. Existen personas que se apoyan para hacerla funcionar. 

La ola es un juego parecido a un bolantín pero sin caballitos. Tiene asientos que ven hacía afuera y le dan vuelta. Ya cuando va el juego con algo de impulso, comienzan a darle jalones hacia arriba y hacia abajo y el juego hace como "ola" y es por ello el nombre. Era enorme según mis recuerdos de la infancia pero si la veo en la actualidad, quizá no sea tan enorme.

Recuerdos de niño que en la actualidad ni me llaman la atención ver tales menesteres. En lo que a los grandes se divierten ahora, es en ir a bailar a la plaza con el grupo de bailes modernos del "pasito duranguense" o "quebradita". Si uno es soltero o soltera, naturalmente que a conocer a las o los chicos es lo más divertido. De allí surgen relaciones que muchas durarán para toda la vida. 

Otra diversión de los adultos o de de los hombres y borrachos era el ir a ver a las "cariñosas". Las putas ponían su carpa y vendían cerveza y cariño en la orilla del pueblo, por el abasto. Sobre todo lo último, eso era lo que más vendían a los necesitados borrachos. Tenían su sinfonola, su grupo de música norteña de tres personas y bailaban con los borrachos y no tan borrachos del pueblo y de los demás que iban a la fiesta. A las pobres putas, les agarraban y sujetaban tanto del culo, que las pobres terminaban su faena con los pantalones ajustados o vestidos llamativos llenos de mugre y marcados de manos mugrosas que las agarraban y cogían sin fin y con un desenfreno que causaba admiración.

Sobre todo admiración porque a sus verdaderas mujeres ni siquiera las cogían de la mano, mucho menos del hombro y menos de la cintura en público. Naturalmente y como es regular encontrar entre el grupo de putas, no faltaba uno que otro maricón vestido de nena y pintarrajeado que también hacían de las suyas entre los borrachines que ya al final, ni sabían lo que tenían enfrente y simplemente, no les importaba bailar con otro hombre, vestido de mujer. 

Yo recuerdo ver a un distinguido caballero del pueblo que ya entrado en años y borrachera, se deleitaba con una "cariñosa" y decía: "ando jarioso de cola y de chiche"...ja, si su familia supiera. Mientras se deleitaba y perdía entre los brazos de una querendona. Hasta la fecha me acuerdo y que descanse en paz el señor pero en su casa, con toda seguridad no le daban de esos placeres carnales y pues, la carne se derrite que sí y aprovechaba que la carne llegaba hasta el mismo Pueblo Nuevo. Porque, "vamos a ver a las putas" era lo que mis amigos y yo decíamos al salir de la escuela. No había diversión de ningún tipo en el pueblo y eso era, sencillamente un imán para chicos y con más razón, para los deseosos de placer grandes.

Las putas se enojaban porque íbamos de "mirones" de lejos y no las dejábamos que hicieran su "trabajo" con gusto. ¡Tenían público de niños si señor! Pregunten a los adultos de la actualidad si es que no vieron lo que yo vi. No se si en la actualidad sigan yendo esas carpas de cariñosas aunque ahora les llaman a esas chicas del placer "teiboleras" o lo que en lengua inglesa es "table dancer".












La última vez que estuve en el pueblo para éstas fechas fue en dos mil siete. Desafortunadamente no salí a la fiesta ni un solo día porque estábamos en los funerales de mi madre. Se escuchaba mucha música que en éste país no se hubiera permitido y a las autoridades del pueblo se les hubiera demandado por no respetar el orden y contaminar con tanto ruido. Había tantos coches en el pueblo, que no podía dar crédito a lo que veía. Nunca pensé que la fiesta se haría tan popular entre la gente no solo del pueblo, la mayoría es de los ranchos y pueblos de los alrededores. Los que si sacan su agosto, son nuestras autoridades que saludan con sombrero ajeno y reciben harto dinero como para llenar las arcas de la municipalidad y sin reparar ni conservar a la parroquia. Es beneficio de todos y de cualquier manera aunque critiquemos a la iglesia, nos da miles de favores y servicios pero, eso es punto y aparte.


























En el pueblo, toca "iluminar" ciertas calles por día de novena y también se celebraba "La Alborada". La gente usaba decorar con papel picado en azúl y blanco y con faroles de papel que las hermanas Medina hacían. Se hacían castillos o candiles de ocote y no recuerdo quien vendía ocote cuando yo era niño. Recuerdo que ibamos a comprar pero no se quien sería esa persona que lo vendía. Ya son tradiciones perdidas me imagino. Ahora a la gente le gusta ir a escuchar la serenata a ritmo de banda moderna. Todo cambia y todos cambiamos.



















Disfruten de las últimas fotos que me envió mi amigo Benjamín Arredondo de las bitácoras El Bable y de la de Nuestro Señor del Hospital de Salamanca de la fiesta en Honor a la Mayor Gloria de Nuestra Señora de la Candelaria de Pueblo Nuevo, Guanajuato.