martes, 31 de mayo de 2011

Llega al Noroeste de EEUU, la recolección de Morchellas.




Llega al Noroeste de EEUU la recolección de colmenillas. En éste 2011, llega un poco tarde, apenas aparecen en las faldas de los cerros. Y es que en éste año, ha estado tan fresco por la zona, que nevó hace apenas dos semanas. Siguen las temperaturas lluviosas y frescas por todo Seattle y por ende, por todo el Noroeste de EEUU. No es lo típico ya en Junio que tengamos temperaturas tan frescas. Los pastos se ven verdísimos de tanta lluvia al igual que los árboles. Pero en fin, que tendremos que esperar hasta que el clima cambie un poco mejor y así, poder ir en pos de tan apreciados frutos silvestres.


Ahora, un poco de información sobre las setas morillas. Los morchellas estan formadas por un tronco blanquinoso que sostiene un sombrerete en forma esférica, redondeada u ovoide, de 6 a 10 cm de ancho, de color paja rosado o de la miel, entre marrón a negruzco y con una forma característica casi formando un avispero, de allí su nombre de colmenilla porque resembla una colmena. El tronco, que también está vacío es blanquinoso. La carne es frágil y muy escasa y con un olor muy característico a la humedad y suelo del bosque. El también llamado colmenilla, se trata de un hongo comestible de sombrerete aovado, consistente y carnoso, tallo liso y cilíndrico, y color amarillento oscuro por encima y más claro por debajo. Es un delicado ingrediente de los bosques y de difícil obtención. Se busca por horas entre los pinares con una canasta y navaja, cuidando siempre nunca pisarlos porque se camuflagean muy bien entre el musgo y parecieran las piñas de los pinos en el suelo del bosque. Apreciados por su textura y exquisito sabor, llegan a valer en el mercado hasta 50 dólares por medio kilo. 





He ido dos veces al bosque en su búsqueda en ésta estación y con resultados bajos. La primer vez estuve de suerte y encontré siete libras o 3.5 kilos. Aunque en la segunda ocasión, solo dos kilos encontré de tan alusivo hongo. No pudimos andar por mas tiempo por el temporal. Por allí cayeron semejantes aguaceros, que parecía el Bajío de Guanajuato cuando llueve, a cántaros. Eso, nos hizo meternos al coche y dejar pasar la lluvia mientras comíamos alguna galleta. 






De regreso, nos fuimos Alejos y yo a Roselyn WA. un poblado que se le ve medio abandonado y que tuvo gran auge con sus minas de carbón a principios del siglo pasado. Tienen un cementerio de lo más interesante. Zonas exclusivas por grupos de gente que descansa allí. Se puede uno encontrar la parte de los croatas, los negros, los masones, los yugoslavos y otros grupos europeos que estuvieron en la zona y murieron allí. El panteón es de lo más interesante con tumbas ya viejas y que nos transportan a una época que ya pasó.




Les dejo con algunos retratos de lo que vi. 

lunes, 16 de mayo de 2011

A Orillas del Lerma







Ésta noche, escuchaba el programa de radio desde León, Gto. "Guanajuato, en la hora Nacional", que es presentado cada domingo a partir de las 9 de la noche. Me gusta escucharlo porque nos presentan acontecimientos culturales del Bajío. Hoy, nos declamaron un poema dedicado al río Lerma que pasa a un lado de mi pueblo y que fue, un lugar de ensueño ahora completamente destruído. El poema fue escrito por el Sr. Pbro. Federico Escobedo.  



A Orillas del Lerma.

Vienes ¡ oh río! De la hermosa tierra
vecina al Culiacán mi hogar natío.
Para mí tu raudal quieto y sombrío
Añoranzas tristísimas encierra.

Tu vienes de mi Patria, Salvatierra,
y por eso te llamo: ¡todo mío!
De mis ojos regué con el rocío
tus arenillas en que el pie se entierra.

Hoy, al verte correr bajo mi planta
y en tu cauce asomándome bermejo,
Anúdase la voz en mi garganta.

Si pretendes aumentar
la amargura de tu pena;
de agua yo con dulce vena
Podré tu pena endulzar.

Así del Chapala merma
la amargura, cuando el Lerma
le da su dulce caudal ...

¡Ay! ... Sólo en el pecho mío
nos penetra, ¡oh mar!, un río
dulce, que alivie mi mal! ...

Nada le arredra, no; la espada esgrime,
y con ella vengar su patria quiere,
Porque es para él la patria ¡amor sublime!

Y si enemiga bala al fin le hiere;
En su patria pensando ... triste gime;
Y en su patria pensando ... alegre muere.

Federico Escobedo,
Salvatierra, la del Bajío de Guanajuato.





miércoles, 4 de mayo de 2011

En el día de las Madres, Otra Historia de Violencia Intrafamiliar.





Se acerca el día de las madres, como tengo varios días atormentandome al escribir ésto, se me ha ocurrido publicarlo para éste día. Por que son las mujeres las más afectadas en éste tipo de violencia, la violencia intrafamiliar.


Hacía tiempo que no iba de compras a ... "Lupe's Tienda". Una tienda repleta de productos originarios de América Latina y principalmente de México. La tienda se ha mudado en tres ocasiones desde que la encontré hace ya muchos años en Shoreline. También la Sra. Lupe a progresado y mantiene un órden admirable en el establecimiento. Es de los pocos establecimientos de productos comestibles que mejor organizado he visto. Ya ahora tiene hasta un pequeño taller en la trastienda en donde hace ropones y arreglos para los niños serán bautizados y para los que harán la primera comunión, quinceañeras y toda esa cursilería. Creo que también tiene arreglos de novia y santos de yeso, flores, banderas, veladoras, cazuelas, discos, pan, tamales, charales y muchas cosas que son difícil de obtener en otras tiendas de la ciudad.






Mientras "bobeaba" por la tienda sin buscar nada en concreto y leyendo envoltorios y demás. Me topé con un altar a la Santísima Vírgen de Guadalupe, ¡E N O R M E ! Bueno, enorme era la pintura y es el altar familiar más grande que he visto en mi vida. Creo que facilmente el oleo de la pintura de Nuestra Madona mexicana mide por lo menos dos metros de altura. 


¡La pintura es hermosa! La pintora la hizo con mucho cariño para un devoto que pronto se la llevarán a México. Supuestamente ya se la iban a llevar hace meses pero por azares del destino, se ha retrasado el envío y me ha tocado el poder admirarla.


Mientras la veía y admiraba la hechura de la imagen, se acercó la Sra. Lupe, propietaria de la tienda. Le pregunto que quién ha pintado tan hermosa imagen. Me comenta que la pintó su hermana, "para un encargo". 


Sobre la mesa que estaba al frente de la imagen y protegía a la pintura de que la gente no la tocara. Se encontraban unos marcos baratos con fotografías de la misma Stma. Vírgen. Le pregunto, ¿También vende éstos retratos? Me respondió que esos "cuadritos", eran regalados y solo se pedía a la gente, que diera una limosna para las mujeres maltratadas o la violencia intrafamiliar. Su hija Maritsa, fué víctima de ello y murió a los 32 años de edad, a manos de su marido. Por eso ella organiza una marcha, para recordarnos sobre los efectos nefastos de la violencia intrafamiliar. Tomé uno y di un donativo. La razón principal por la que lo hice, mi madre.


La niña, Ma del Consuelo González Ramos.


Lo que les contaré a continuación es muy triste. Vivió mi madre y mis hermanos menores, "Coché y el gordo" de niños en el rancho. En la granja de Don Pancho González y la Sra. Clarita Gonález, parienta ella de mi abuelo por lo González. La granja se encontraba, entre la El Gorupo o Loma Pelada y La Capilla. Nosotros los tres mayores, Chelito, Quela y yo nos quedábamos en casa de mis abuelos maternos porque asistíamos a la escuela primaria al colegio Gabino Chávez. Los fines de semana, y precisamente el viernes por la tarde era cuando íbamos de visita al rancho y nos llevábamos la ropa sucia para que mi madre nos la lavara. De regreso el lunes temprano por la mañana y antes de entrar al colegio, regresábamos en el camión "El Mandarina", que todo mundo lo conocía como "La mangarina" al pueblo y luego a clases. 
La casa en el la granja, treinta años después.


La casa, cinco años después de la última visita.

En uno de esos viernes que llegué al rancho. Recuerdo que entramos a la casilla, existía un portal con un cerco de alambre y sobre el cerco, siempre crecían los "quebraplatos" y las yedras, la cocinilla, se encontraba a un lado, (de veras que era una miniatura de cocina), que tenía una ventana y a un lado de la ventana, un duraznero que daba los frutos más deliciosos. Luego dos cuartos dentro de la casa. El techo era de teja, las puertas rojas y en cada puerta, una cruz gris pintada. Las paredes estaban enjarradas de un material que parecía como yeso o blanco de España. Había dos camas. Y en vez de mesa alguna, dos cajones. Uno era gigantesco, o eso me parecía a mi y el otro, un cajón de menores dimensiones que usaba mi madre como almacenamiento y como mesa para el cuarto. Existía un altar. Un altar a Nuestra Señora de los Dolores a la que no le faltaban flores silvestres.


Los Niños Ma del Consuelo y Salvador González Ramos. En su 1ra comunión.


Al abrazar a mi madre de la parte alta de las piernas, que en esa época era yo un chico de unos siete años. Ella no soportaba que le diera un abrazo. Le pregunté lo que le pasaba, y me dijo que mi padre la había golpeado y le había dado un machetazo con el lomo del machete. Las causas no las recuerdo en éstos momentos pero, era por lo regular, por tonterías que él no entendía como una persona común y corriente.


¡No daba crédito a lo que veía! Mi madre tenía la pierna, negra y con el moretón más grande que yo jamás he visto en toda mi vida. Era como de unos cuarenta centímetros de tamaño y levantado sobre el muslo de su pierna como una mano de metate o como un rodillo. La cosa más espantosa que yo había jamás visto. Me dijo que no fuera a decir nada a nadie. Por que ella temía represalias de parte de él. Yo recuerdo que a mis abuelos les conté cuando regresé al pueblo el lunes por la mañana. Aunque nunca pasó nada porque a todos nos tenía intimidados. Golpes y maltratos fue lo que recibí de él. No tengo ni un solo recuerdo de una caricia hacia mi. Yo le tenía pavor a ese señor. Viví traumatizado por años y más años. Mi madre temía que mi padre la matara y me lo contaba. Aunque éstas historias de la vida de casada de mi madre, son muchas y muy tristes todas.


Mi madre, una jovencita.


Quizá por ésto  y muchos maltratos más que pasamos de niños, es que sobre mi padre no publico absolutamente nada. No tengo NADA que hablar de él que sea positivo. Vivimos una niñez muy abusiva en sus manos. Mi padre era, "el candil de la calle y la obscuridad de la casa". 


Ma. del Consuelo González Ramos.


Dicen que el alcoholismo es una "enfermedad", yo no lo creo. Es una "enfermedad" que uno mismo acepta, deja o mata, pero uno mismo tiene ese control. ¿Cómo es que es enfermedad entonces? Para mi, es un vicio.  



              Mi padre, Alfredo Medina Cuevas en su juventud.


El alcoholismo y la falta de entendimiento del afectado es una fórmula horrorosa y con nefastos resultados en muchas ocasiones. Acaba con vidas ajenas y la propia si se abusa con demasía. A la Sra. Lupe le mataron a su hija y a nosotros, nos mataron el alma pero, a pesar de tan adversas circunstancias, hemos salido adelante. Con el soporte, de las mujeres de mi familia.      


Mi madre, mis hermanos y sobrinos. Un día muy triste, después del fallecimiento de Antonio Negrete Medina.