martes, 31 de enero de 2012

Plegaria. A la Santísima Virgen de la Candelaria.


La siguiente Plegaria a Nuestra Señora de la Candelaria, la escribió mi tío "Mon" Ramón Ramos Rivera. 

Nunca me imaginé que él tuviera tanto dote de poeta y sin embargo, e aquí la prueba. Entre unos documentos empapelados y en su casa encontré el siguiente poema. Seguramente la interpretaron para un dos de octubre en algún acto público de 1957. 

Tío Mon de muchos, fue sin duda, un extremado católico y vivió su vida, al rigor y la fe, de Nuestra Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana. 

Requiem aeternam dona ei Domine.
Et lux perpetua leceat ei.
Requiescat in pace tío Mon Ramos.
Amen. 

Plegaria a la Santísima Virgen de la Candelaria.

Señora, muchas veces cansado de mi suerte,
en mi pasada vida me pongo a meditar:
Descubre en mis entrañas el gérmen de la muerte,
y encuentro en mis maldades la causa de penar.

Contemplo en un instante cruzar por mi memoria,
mis crímenes horrendos en triste procesión,
mi espíritu desmaya al ver tan negra historia,
y exhala un lastimero suspiro el corazón.

La serie de mis males también se me presentan,
con toda su amargura, con todo su dolor:
Sobre mi frente mustia la palidez se asienta,
aquéjame la duda e inquiétame el temor.

Y miro tenebroso mis bastos horizontes,
y miro enegrecido mi cielo de zafír,
y, cual fulgente estrella que se alza tras los montes, 
Te miro entre mis penas afable relucir.

Después de tus favores el escuadrón avanza,
y al frente de las gracias tu protección se ve,
allí recobro aliento, renace mi esperanza,
mi afecto se enardece, confírmase mi fe.

Por eso cuando vengo al pie de tus altares,
postrado de rodillas mi llanto a derramar,
conozco que se calman, se aduermen mis pesares,
me siento con esfuerzos, con ganas de luchar.

A ti juntamente quiero con tan estrechos lazos,
que nada de ésta vida me pueda ya atraer,
¡Concédeme, Señora, que estando entre tus brazos,
el ángel de la muerte, me venga a sorprender!.

Ramón Ramos Rivera.

Pueblo Nuevo, Guanajuato., 2 de octubre de 1957.

La Fiesta para Honrar a Nuestra Señora de la Candelaria, en su Último día de Novena.

Una antiquísima imagen de Nuestra Señora de la Candelaria 
amada y adorada, desde siempre en 
El Bajío de Pueblo Nuevo, Guanajuato.


19

DIA ULTIMO.

LECCION.

   La fiesta de la Purificación se llama vulgarmente la
Candelaria, por las velas que se encienden durante el 
Oficio de este día.
   En el mes de Febrero, Roma pagana celebraba unas
fiestas profanas al dios pan, que tenían por objeto la pu-
rificación de la Ciudad. La Santa Iglesia, para oponer
una purificación real á las impuras expiaciones de los pa-
ganos, insitutyó la fiesta de la Purificación de la Virgen
María, cuyo origen se pierde en la oscuridad de los tiem-
pos.
   En este més, los romanos celebran tambíen otra
fiesta que consistía en recorrer la Ciudad con hachas
encendidas en honor de los dioses infernales, á quienes
creian deber la conquista del mundo. Y los sumos Pon-
tífices para abolir esta fiesta, establecieron la procesión
que se hace con velas encendidas, para recordar la visi-
ta que hicieron al templo los personajes más altos del
mundo, Jesús María y José; y para honrar al Salvador
que vino á ser nuestra luz y nuestra vida, á fin de hacer
de nuestras almas una verdadera conquista para el 
cielo. (I)
   Alabemos a Jesus, que ofreciendose al Eterno Padre
como veictima pura por nuestros pecados, ha sido nuestra
salud y nuestra luz, habriéndonos con la redención las
puertas del cielo.
   Alabemos á María, que no teniendo razón para ser
purificada, por ser madre del que vino á hacer la puri-
ficacion de los delitos y porque fué hecha mas pura
con el mismo parto inmaculado (2), quiso sin embargo
ser purificada, para excitarnos á trabajar por nuestra
purificación; y porque, si María se purificó, dice San 
Bernardo, siendo así que no lo necesitaba, ¿con cuánta
más razón nosotros que estamos oprimidos por tantos
pecados, debemos purificarnos? (3)
   Asociémonos á los justos Ana y Simeón, que conmo-
vidos con la presencia del Salvador, elevaron al cielo
__________
   1.  Abate Gaume. 
   2.  S Bern. sem. 
   3.  de Perific. 3. Id.


20

un cántico de alabanza en medio de los trasportes más
expresivos de su profunda gratitud.
   Humillémonos delante de Dios y pidamos á María
nos alcance la humildad de que tanto necesitamos en
nuestros días; la humildad que es el fundamento del edifi-
cio cristiano, para que nos veamos libres del orgullo y
del espíritu de independencia que está haciendo pere-
cer al mundo.

   Las Ave Marías como el día primero.

ORACION PARA EL DIA ULTIMO. 

   Vuestra humildad ¡oh Virgen purísima por medio del 
Salvador, purificó al mundo, nos redimió de la esclavi-
tud del demonio y nos abrió las puertas del cielo, ¡Con
cuánta gratitud os damos gracias por vuestras finezas!
No nos dejeis perecer: dirigid nuestros pasos al cielo:
amparadnos en todo instante; y concedednos que purifi-
cada nuestra alma con la sangre del Cordero, cuando se 
desprenda de nuestro cuerpo, sea presentada por Vos en
la presencia del Señor, para que se digne admitirla en el
gremio de sus escogidos. Amén. 

____________

GOZOS

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh Virgen María
Sé nuestro amparo en la vida,
Y en la muerte nuestra guía!
_______

De tus glorias olvidada
Y de tu gracia valiosa,
Al templo vas, presurosa,
Para ser purificada,
Y te presentas rendida
Ante el Hacedor del día.
Sé nuestro amparo......
_______

Tu concepto fué divino,
Tu parto fué inmaculado,
Pues ser Madre del increado
Fué tu altísimo destino.
A Dios tu alma tan unida,
¿Cómo inmunda ser podía?
Sé nuestro amparo......
_______

Toda pura y sin borrón
Al presentarte en el templo,
Con humildad sin ejemplo
Haces nuestra tu expiación.
Muestra cual flor escondida,
Tu fragancia y gallardía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pobre dón has presentado
En dos palomas sin fausto,
Una para el holocausto,
La otra por el pecado.
Así la ley fué cumplida,
Aunque no te concernía.
Sé nuestro amparo......
_______

En tus brazos, al Dios niño
Con afecto puro y tierno
Presentas al Ser Eterno
Como un don de tu cariño,
Y remedias, condolida,
Los males del que gemía.
Sé nuestro amparo......
_______

Y Dios aceptó, propicio,
Esta víctima inocente,
Para que fuera, clemente,
Propiación por el vicio.
La salud nos fue obtenida
Por su grán soberanía.
Sé nuestro amparo......
_______

Eres la pequeña fuente
Que en un rio se convirtió
Y que en luz se transformó
Y aun en sol resplandeciente.
Por tu humildad tan crecida,
Fuiste Reina exelsa y pía,
Sé nuestro amparo......
_______



Ana y Simeón conmovídos.
De Jesús á la presencia,
Con profunda reverencia
A Dios alaban rendidos.
Así terminan su vida
Con un cantar de alegría.
Sé nuestro amparo......
_______

Nuestra manchada conciencia
Purifica, tierna Madre.
Y preséntanos al padre,
Movidos á penitencia.
Sea tu nombre nuestra egida,
Nuestra dulce melodía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh virgen María!
Sé nuestro amparo en la vida
Y en la muerte nuestra guía.

Oración Final

¡Oh María! Vos sois la Madre de Dios y por la mismo
nada resiste á vuestro poder, nada se opone á vuestra for-
taleza: á vuestra voz todo se rinde, á vuestro imerio to-
do obedece. todo sirve á vuestra potestad (I). Conce-
dednos, por tanto que para contrarestar al infierno que
en este siglo vomita maldiciones contra Vos y contra
vuestro corazón se parte de dolor, al ver ultrajada vues-
tra bondad y maldecido vuestro honor. Quisiéramos
destruir estos agravios, aun á costa de nuestra vida; más
ya que no merecemos gracia tan insigne, quere-
mos, al menos, bendeciros ahora y en todos los instan-
tes de nuestra vida: queremos amar y bendecir á
nuestro divino Salvador. Purificad nuestra concien-
cia por la aplicacieon de los méritos de Jesús, y dadnos que
todas las acciones de nuestra vida sean conformes á la
ley de nuestro santísimo Hijo. Amén.

LAUS DEO.

( I ) S. Greg.j Nicom. Or. Oblat. Deip.


lunes, 30 de enero de 2012

La Fiesta para Honrar a Nuestra Señora de la Candelaria, en su Octavo día de Novena.



Otro altar de los años 30 en casa de mis bisabuelos,
 Pueblo Nuevo Guanajuato. 


DIA OCTAVO.

LECCION.

   << La ceremonia de la purificación, como de rito judai-
co, quedó abolida desde la promulgación del Evangelio;
pero las madres cristianas, al salir de casa por primera
vez, después de su alumbramiento, han querido imitar á
la Santísima Vírgen que voluntariamente se sometió á
una ley que no le oncernía; y por lo mismo, lo primero
que hacen estas madres felices, es dirigirse al templo á
recibir las bendiciones del sacerdote y á manifestar á
Dios su reconocimiento por el beneficio recibido. Nada
más justo que su primera visita sea á la casa de Dios. >>
   << Al llegar allí, la madre cristiana, debe dar gracias á
Dios por su feliz alumbramiento, pidiendo la bendición
para sí y para su hijo: debe pedir los auxilios necesarios
para educar en la virtud á la criatura que dió á luz y
para preservarla de todo pecado: debe, por fin, consa-


18

grarla á Dios para que la libre del demonio y para que
guié sus pasos para la vida eterna. >>
   << Dios á permitido á esta muger cristiana ser madre
para que haga de su hijo.... un buen hijo para la Igle-
sia, un hermano de Jesucristo, un santo para el cielo. En
el regazo materno de las madres cristianas está el porve-
nir del hombre, el bienestar e la familia, la felicidad
del mundo. >>

   << La ceremonia expresiva de que en esta ocasión se va-
le la Santa Iglesia para recibir á la muger después de su
alumbramiento, manifiesta que esta muger va al templo, 
no como las mugeres judias á purificarse de las manchas
legales en virtud de nna ley abolida: sino á seguir los
pasos de la humildísima Vírgen María, á pagar á Dios el
tributo de alabanzas y de acción de gracias, y á pedir
que haga descender sobre ella y sobre su criatura sus
bendiciones. >> (I)
   ¡Quiera el Señor que las madres cristianas se aprove-
chen de esta lección á fin de que después de su alumbra-
miento, dirijan sus primeros pasos á la puerta del templo,
en donde arrodilladas y con una vela encendida en la
mano, manifiesten con esta sublime ceremonia de la 
santa iglesia, que son indignas de comparecer delante de
Dios, pero que aspiran ardientemente por alcanzar sus 
misericordias!
   
   Las Ave Marías como el día primero.

Oración para el dia octavo.

   Vos sois ¡oh María! el modelo perfecto de nuestra vida,
pues siendo tan pura y tan santa, os habéis presentado 
en el templo para enseñarnos á impetrar allí nuestra jus-
tificación y á dar á dios rendidas gracias por sus bene-
ficios. Concedednos que por vuestro medio, nos consa-
gremos á Dios, ofreciéndole todo nuestro ser, nuestro
cuerpo y nuestra alma; y rindiéndole el justo tributo de
nuestra gratitud. Bendecidnos y consagradnos al Señor,
para que seamos libres de nuestros enemigos. Amén.

   Gozos y oración final.
__________
   I. Cate. de Persev.

GOZOS

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh Virgen María
Sé nuestro amparo en la vida,
Y en la muerte nuestra guía!
_______

De tus glorias olvidada
Y de tu gracia valiosa,
Al templo vas, presurosa,
Para ser purificada,
Y te presentas rendida
Ante el Hacedor del día.
Sé nuestro amparo......
_______

Tu concepto fué divino,
Tu parto fué inmaculado,
Pues ser Madre del increado
Fué tu altísimo destino.
A Dios tu alma tan unida,
¿Cómo inmunda ser podía?
Sé nuestro amparo......
_______

Toda pura y sin borrón
Al presentarte en el templo,
Con humildad sin ejemplo
Haces nuestra tu expiación.
Muestra cual flor escondida,
Tu fragancia y gallardía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pobre dón has presentado
En dos palomas sin fausto,
Una para el holocausto,
La otra por el pecado.
Así la ley fué cumplida,
Aunque no te concernía.
Sé nuestro amparo......
_______

En tus brazos, al Dios niño
Con afecto puro y tierno
Presentas al Ser Eterno
Como un don de tu cariño,
Y remedias, condolida,
Los males del que gemía.
Sé nuestro amparo......
_______

Y Dios aceptó, propicio,
Esta víctima inocente,
Para que fuera, clemente,
Propiación por el vicio.
La salud nos fue obtenida
Por su grán soberanía.
Sé nuestro amparo......
_______

Eres la pequeña fuente
Que en un rio se convirtió
Y que en luz se transformó
Y aun en sol resplandeciente.
Por tu humildad tan crecida,
Fuiste Reina exelsa y pía,
Sé nuestro amparo......
_______

Ana y Simeón conmovídos.
De Jesús á la presencia,
Con profunda reverencia
A Dios alaban rendidos.
Así terminan su vida
Con un cantar de alegría.
Sé nuestro amparo......
_______

Nuestra manchada conciencia
Purifica, tierna Madre.
Y preséntanos al padre,
Movidos á penitencia.
Sea tu nombre nuestra egida,
Nuestra dulce melodía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh virgen María!
Sé nuestro amparo en la vida
Y en la muerte nuestra guía.

Oración Final

¡Oh María! Vos sois la Madre de Dios y por la mismo
nada resiste á vuestro poder, nada se opone á vuestra for-
taleza: á vuestra voz todo se rinde, á vuestro imerio to-
do obedece. todo sirve á vuestra potestad (I). Conce-
dednos, por tanto que para contrarestar al infierno que
en este siglo vomita maldiciones contra Vos y contra
vuestro corazón se parte de dolor, al ver ultrajada vues-
tra bondad y maldecido vuestro honor. Quisiéramos
destruir estos agravios, aun á costa de nuestra vida; más
ya que no merecemos gracia tan insigne, quere-
mos, al menos, bendeciros ahora y en todos los instan-
tes de nuestra vida: queremos amar y bendecir á
nuestro divino Salvador. Purificad nuestra concien-
cia por la aplicacieon de los méritos de Jesús, y dadnos que
todas las acciones de nuestra vida sean conformes á la
ley de nuestro santísimo Hijo. Amén.

LAUS DEO.

( I ) S. Greg.j Nicom. Or. Oblat. Deip.


domingo, 29 de enero de 2012

La Fiesta para Honrar a Nuestra Señora de la Candelaria, en su Séptimo día de Novena.


Nuestra Señora de la Candelaria 
venerada y amada en pleno Bajío, Pueblo Nuevo Guanajuato.


DIA SEPTIMO

LECCION.

   "María llena de resignación, había recibido á su Hijo
en los brazox, é iba á retirarse, cuando una santa muger
vino también á proclamar las grandezas de Jesús. Había
entonces en Jerusalen una profetisa llamada Ana, hija 
de Phanuel, muger ya anciana y viuda, que solo había
vivido siete años con su marido. Esta verdadera Israelita
pasaba la vida en el templo orando, ayunando y hacien-
do buenas obras. El Espíritu de Dios estaba en ella. En
cuanto hubo oido el cántico de Simeón, se puso también
á alabar al Se  or y hablar de Jesús á todos los que esper-
aban la salvación y redención de Israel. (I)
   Felices ancianos Ana y Simeón que, viendo al Salva-
dor del mundo, proclamaron sus bendiciones y alaban-
zas. Nosotros también tendremos esta dicha, si diri-
giéndonos al templo ingresamos á su sarado recinto,
para contemplar allí á Jesús y á María bajo el cuidado
paternal de José.
   Allí veremos al Deseado de las naciones, al Salvador
del mundo, cuya presencia llena de júbilo nuestro cora-
zón porque es mas suave y dulce que la miel y el panal:
veremos á Jesús; y conoceremos que estar con Jesús es
un paraíso; que estar sin Jesús es un infierno.
   Veremos á María, la dulce madre del Redentor: la
contemplaremos bendita entre las mugeres: bendita por
la plenitud de la gracia que encontró: bendita por la ex-
celcitud de la persona que engendró: bendita por la
magnitud de la gloria que percibió. (2)
   Veremos á José, el varón justo y escojido por Dios,
para confiar á su cuidado el sublime depósito de Jesús y
__________
   1. Cateco. de Perseva.
   2 S. Buenav. in Spec. lect. XII. 
   




17

de María. Le contemplaremos todo arrobado en los mis-
terios de nuestra redencion, y profundamente humillado
por confesarse indigno de que Jesús y María estén suje-
tos á su dominio.
   Allí, por fin, gozaremos de la presencia de Jesús, Ma-
ría y José: alabaremos sus perfecciones, y hallaremos en
esta sagrada familia el consuelo de nuestras penas y nues-
tra salvación.

   Las Ave Marías como el día primero.


Altar que tío "Mon" Ramón Ramos Rivera 
montó para honrar y celebrar a  
Nuestra Señora de la Candelaria en el día de su fiesta. 


Oración para el día séptimo.

   Dulcísimo Jesús Salvador nuestro: amabilísima María,
nuestra esperanza, después de Dios: santísimo Patriarca
Señor San José, nuestro abogado y Protector! En este
día venimos /ea Vosotros para contemplar vuestra grande-
za y alabaros; para recordar vuestra bondad y pediros 
vuestras bendiciones; para ponernos bajo vuestro amparo, 
y esperarlo todo de vosotros. ¡Oh José!
protegednos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amen.

   Gozos y oración final. 

GOZOS

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh Virgen María
Sé nuestro amparo en la vida,
Y en la muerte nuestra guía!
_______

De tus glorias olvidada
Y de tu gracia valiosa,
Al templo vas, presurosa,
Para ser purificada,
Y te presentas rendida
Ante el Hacedor del día.
Sé nuestro amparo......
_______

Tu concepto fué divino,
Tu parto fué inmaculado,
Pues ser Madre del increado
Fué tu altísimo destino.
A Dios tu alma tan unida,
¿Cómo inmunda ser podía?
Sé nuestro amparo......
_______

Toda pura y sin borrón
Al presentarte en el templo,
Con humildad sin ejemplo
Haces nuestra tu expiación.
Muestra cual flor escondida,
Tu fragancia y gallardía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pobre dón has presentado
En dos palomas sin fausto,
Una para el holocausto,
La otra por el pecado.
Así la ley fué cumplida,
Aunque no te concernía.
Sé nuestro amparo......
_______

En tus brazos, al Dios niño
Con afecto puro y tierno
Presentas al Ser Eterno
Como un don de tu cariño,
Y remedias, condolida,
Los males del que gemía.
Sé nuestro amparo......
_______

Y Dios aceptó, propicio,
Esta víctima inocente,
Para que fuera, clemente,
Propiación por el vicio.
La salud nos fue obtenida
Por su grán soberanía.
Sé nuestro amparo......
_______

Eres la pequeña fuente
Que en un rio se convirtió
Y que en luz se transformó
Y aun en sol resplandeciente.
Por tu humildad tan crecida,
Fuiste Reina exelsa y pía,
Sé nuestro amparo......
_______

Ana y Simeón conmovídos.
De Jesús á la presencia,
Con profunda reverencia
A Dios alaban rendidos.
Así terminan su vida
Con un cantar de alegría.
Sé nuestro amparo......
_______

Nuestra manchada conciencia
Purifica, tierna Madre.
Y preséntanos al padre,
Movidos á penitencia.
Sea tu nombre nuestra egida,
Nuestra dulce melodía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh virgen María!
Sé nuestro amparo en la vida
Y en la muerte nuestra guía.

Oración Final

¡Oh María! Vos sois la Madre de Dios y por la mismo
nada resiste á vuestro poder, nada se opone á vuestra for-
taleza: á vuestra voz todo se rinde, á vuestro imerio to-
do obedece. todo sirve á vuestra potestad (I). Conce-
dednos, por tanto que para contrarestar al infierno que
en este siglo vomita maldiciones contra Vos y contra
vuestro corazón se parte de dolor, al ver ultrajada vues-
tra bondad y maldecido vuestro honor. Quisiéramos
destruir estos agravios, aun á costa de nuestra vida; más
ya que no merecemos gracia tan insigne, quere-
mos, al menos, bendeciros ahora y en todos los instan-
tes de nuestra vida: queremos amar y bendecir á
nuestro divino Salvador. Purificad nuestra concien-
cia por la aplicacieon de los méritos de Jesús, y dadnos que
todas las acciones de nuestra vida sean conformes á la
ley de nuestro santísimo Hijo. Amén.

LAUS DEO.

( I ) S. Greg.j Nicom. Or. Oblat. Deip.

sábado, 28 de enero de 2012

La Fiesta para Honrar a Nuestra Señora de la Candelaria, en su Sexto día de Novena.





DIA SEXTO.

LECCION.

   "El tercer misterio que nos recuerda la Santa Iglesia
el día 2 de Febrero, es el encuentro del anciano Simeón
y de a profetisa Ana con Jesús y sus padres en el Templo.
   María había consumado su sacrificio, pues que había
dicho á Dios: os ofrezco mi Hijo, el que es también Hijo
vuestro. Al ir á bajar las gradas del templo para empren-
__________
1.  Id. V. 24.
2.  2 Cor. II 15.
3.  I Cor. III 22 y 23.



15

der otra vez el camino de Nazaret, le sale al encuentro
un anciano, Simeón el Justo que esperaba y deseaba ar-
dientemente la venida del Redentor de Israel y Ea quien
Dios había prometido no sacrle del mundo sin haberle
mostrado al Deseado de las naciones. Simeón tomó en 
sus brazos al divino Niño, le bendijo, y devolviéndolo en
seguida á su Madre, entonó este hermoso cántico: Ahora,
Señor, puedes despedir á tu siervo. Moriré en paz,
según tu palabra, porque mis ojos han visto t Salva-
dor, el Salvador que has preparado ante la faz de to-
dos los pueblos para que sea su lumbre y la gloria de
tu pueblo Israel."
   "Dinos ¡oh María! ¿Cuáles fueron los sentimientos de
tu corazón maternal al oir las bendiciones y las magneifi-
cas profesías del santo anciano? Tierna madre, tus ale-
grías serán muy poco duraderas Simeón prosigue de es-
ta suerte: Este Niño ha venido para salvación y para
ruina de muchos de Israel; y para señal Aa la que se
hará contradicción, Y una espada de dolor traspa-
sará ¡oh María! tu alma, para que sean descubiertos
los pensamientos de muchos corazones. (I)
   La santidad y grandeza del Salvador, sus humillacio-
nes en el Huerto de los Olivos, en Jerusalen, en la vía
dolorosa y en el calvario; he aquí los puntos de vista que
han quedado profundamente impresos en el inocente
Corazón de María. Que esta santa Madre imprima en
nuestras almas la bondad de nuestro divino Salvador y
sus humillaciones, para que siendo compañeros de su pa-
sión, lo seamos también en su gloria.
   Las Ave Marías como el día primero.

Oración para el dia sexto.
   Fué grande vuesto gozo¡oh María! al oir las alaban-
zas que el Santo anciano Simeón dirigió Ea vuestro Hijo
bendito; pero ¿cuál fué vuestro sentimiento al oir de bo-
ca del mismo anciano, que una espada de dolor traspa- 
saría vuestra alma dulcísima? La pasión y la muerte de 
vuestro santísimo Hijo, ha venido a amargar los días 
más felices de vuestra vida. Nosotros, por tanto, desea- 
mos desde ahora estar con Vos junto á la cruz, y aso- 
__________
   I. Cateco. de Perseva. 



16

ciarnos á vuestro llanto. Grabad en nosotros la muerte
de Jesús y sus preciosas llagas, para que arrepentidos de
nuestros pecados, logremos el fruto de nuestra reden-
ción y de vuestras lágrims. Amén.

   Gozos y oración final. 

GOZOS

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh Virgen María
Sé nuestro amparo en la vida,
Y en la muerte nuestra guía!
_______

De tus glorias olvidada
Y de tu gracia valiosa,
Al templo vas, presurosa,
Para ser purificada,
Y te presentas rendida
Ante el Hacedor del día.
Sé nuestro amparo......
_______

Tu concepto fué divino,
Tu parto fué inmaculado,
Pues ser Madre del increado
Fué tu altísimo destino.
A Dios tu alma tan unida,
¿Cómo inmunda ser podía?
Sé nuestro amparo......
_______

Toda pura y sin borrón
Al presentarte en el templo,
Con humildad sin ejemplo
Haces nuestra tu expiación.
Muestra cual flor escondida,
Tu fragancia y gallardía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pobre dón has presentado
En dos palomas sin fausto,
Una para el holocausto,
La otra por el pecado.
Así la ley fué cumplida,
Aunque no te concernía.
Sé nuestro amparo......
_______

En tus brazos, al Dios niño
Con afecto puro y tierno
Presentas al Ser Eterno
Como un don de tu cariño,
Y remedias, condolida,
Los males del que gemía.
Sé nuestro amparo......
_______

Y Dios aceptó, propicio,
Esta víctima inocente,
Para que fuera, clemente,
Propiación por el vicio.
La salud nos fue obtenida
Por su grán soberanía.
Sé nuestro amparo......
_______

Eres la pequeña fuente
Que en un rio se convirtió
Y que en luz se transformó
Y aun en sol resplandeciente.
Por tu humildad tan crecida,
Fuiste Reina exelsa y pía,
Sé nuestro amparo......
_______

Ana y Simeón conmovídos.
De Jesús á la presencia,
Con profunda reverencia
A Dios alaban rendidos.
Así terminan su vida
Con un cantar de alegría.
Sé nuestro amparo......
_______

Nuestra manchada conciencia
Purifica, tierna Madre.
Y preséntanos al padre,
Movidos á penitencia.
Sea tu nombre nuestra egida,
Nuestra dulce melodía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh virgen María!
Sé nuestro amparo en la vida
Y en la muerte nuestra guía.

Oración Final

¡Oh María! Vos sois la Madre de Dios y por la mismo
nada resiste á vuestro poder, nada se opone á vuestra for-
taleza: á vuestra voz todo se rinde, á vuestro imerio to-
do obedece. todo sirve á vuestra potestad (I). Conce-
dednos, por tanto que para contrarestar al infierno que
en este siglo vomita maldiciones contra Vos y contra
vuestro corazón se parte de dolor, al ver ultrajada vues-
tra bondad y maldecido vuestro honor. Quisiéramos
destruir estos agravios, aun á costa de nuestra vida; más
ya que no merecemos gracia tan insigne, quere-
mos, al menos, bendeciros ahora y en todos los instan-
tes de nuestra vida: queremos amar y bendecir á
nuestro divino Salvador. Purificad nuestra concien-
cia por la aplicacieon de los méritos de Jesús, y dadnos que
todas las acciones de nuestra vida sean conformes á la
ley de nuestro santísimo Hijo. Amén.

LAUS DEO.

( I ) S. Greg.j Nicom. Or. Oblat. Deip.