jueves, 8 de mayo de 2008

Día de las Madres

Mi mamá a la edad de quince años
Hoy, es día de las madres y me encuentro muy triste. Es el segundo año que mi mamá no vive y segundo que no le hablaré para felicitarla por el día de las madres. A veces pienso que sería mejor que no se celebrara éste día, ni su cumpleaños, ni navidad, ni el día de su santo... todo porque se siente un vacío en mi alma. Quiero tomar la bocina del teléfono y marcar su número telefónico pero...me doy cuenta que me engaño a mi mismo y la realidad me sorprende. Como me gustaría platicar con mi madre, quisiera simplemente soñar con ella pero, ni esa satisfacción he tenido todavía.

Mi madre era una mujer alegre, luchadora, sincera, fuerte, de convicción, tenás, solo Dios sabe las noches en vela que ella pasó por mi y por mis hermanos cuando estuvimos enfermos. Avandonados por mi padre, nuestra madre luchó con dedicación y en la miseria por todos y cada uno de nosotros. Ella siempre fue optimista y siempre pensó que algún día, estaríamos en mejores circunstancias.
Mamá, te extraño tanto.

Soneto sobre la muerte y la vida

Signifícase la propia brevedad de la vida, sin pensar, y con padecer salteada de la muerte.


¡Fue sueño ayer: mañana será tierra!
¡Poco antes, nada; y poco después, humo!
¡Y destino ambiciones, y presumo,
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.

Francisco de Quevedo.