En un día como hoy de Nuestra Señora del Carmen, pero de 1974 mi hermana mayor Chelito, Ma. del Consuelo y yo, hicimos la primera comunión en el oratorio de las madres de la familia de Cordé Jesú de mi pueblo. Fueron nuestros padrinos, de mi hermana, Ma Cristina Ramos Cabrera representada por la madrastra de mi abuela, Ma de Jesús López Villanueva y mi abuelo materno, J. Jesús González Solís. Recuerdo que el día anterior nos tuvimos que confesar y después de haber sido "preparados" en el catecismo de la doctrina cristiana. La preparación del catecismo de esos entonces, era llamada con la campana "no recuerdo el nombre de la campana" pero daban la última llamada al catecismo a las tres de la tarde todos los días. En la actualidad, no he vuelto a escuchar las llamadas. Creo que lo hacen una vez a la semana el fin de semana. Teníamos un nerviosismo horrible. Recuerdo que mis pecados de esos entonces era decir "malas palabras", no obedecer a mi pobre madre y tonterías de ese tipo que solo son comportamiento de los niños...para nosotros, pecados, ja.
El día fué muy especial y estuvimos llenos de atenciones por parte de nuestros parientes y por las madres de ese entonces. Recuerdo que las madres nos mandaron el desayuno temprano por la mañana. Unas galletas de mantequilla hechas por ellas que sabían a una delicia y otras cosas de desayuno. Bebimos chocolate con leche del que nuestros abuelos hacían y como a eso de las diéz de la mañana, nos fuímos al oratorio a recibir el sacramento de la comunión a manos del señor cura, Miguel Méndez Pérez. Estuvieron presentes parte de mis familiares maternos, mi padre llegó del campo al pueblo, todos lo esperabamos pero nunca ni sus luces vimos y ni siquiera nos vió. Su indiferencia se convirtió con el tiempo, en la misma de nuestra parte para con él. También asistieron todas las religiosas del pueblo, recuerdo en especial a la madre Ma del Carmen Martínez y también a la madre Dionicia que en esa época, era "buena" todavía. Luego se convirtió en un energúmeno, je, je para conmigo. Luego de haber hecho la primera comunión, nos fuímos con mi madre y mi abuelo en el camión que manejaba mi tío Chava a tomarnos la obligatoria foto en el estudio de fotografía Vásquez de Irapuato.
Con el pasar del tiempo, se nos obligaba el confesarnos una vez al mes y precisamente para el primer viernes de cada principio de mes. Con el pasar de los años, con desepciones por parte de los que dirigen la iglesia y demás cosas peores de nuestra Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, fuí perdiendo el interés en contarle a alguien mis "cosas malas" y dejé el confesionario. Pero que conste, casi soy un santo, ja, ja, ja...el día que me muera, me iré derechititititito al cielo. Que conste. Allá nos veremos. Aunque me sigo considerando católico y moriré en igual estado, no soy un ferviente seguidor y me gusta cuestionar lo que con una firmeza se nos dice debemos obedecer. Eso sí, me fascina la iconografía de la iglesia católica, sus costumbres, santos, vírgenes, tradiciones, ritos, celebraciones y todo lo relacionado con el catolisísmo, es sencillamente, fascinante y no cambio lo poco que tengo de religión por ninguna otra.
5 comentarios:
Alfredo,
Recuerdo mi primera comunión muy bien. Mi tia abuela Harrieta pusó en mis manos una rama de flores, un pedecito de pan, y una bolsita de sal que son reservados para "Heroes Polacos". Las experiencias con la Iglesia Católica son paralela con las experiencias de mi. Por eso somos hermanos.
Hola.
Que lindos se ven en la foto, que bonitos recuerdos. Gracias por compartirlos
Saludos.
Erica
Muy interesante las tradiciones polacas Bob. ¿Por qué eso de dárles a los héroes polacos una rama, pan y sal?
Gracias Erica por lo de "lindos". Muy gratos recuerdos de veras.
Saludos,
Alfredo.
Alfredo,
El regalo de pan y sal es simbólico porque pan y sal se consideran esenciál para la vida y Polacos así como Mexicanos son enamorado con flores.
Publicar un comentario