Me estaba acordando de la representación del año viejo por los pueblos del Bajío guanajuatense. Ya para el mes de diciembre se les ve en las casas particulares. Muy monos los viejos sentados en las azoteas de las casas. El año viejo es representado por un monigote vestido de trapo. Vaya, algo así como un espantapájaros pero el año viejo es un viejito, si, la representación de una persona de edad sentada en una silla. Tiene su máscara y esta vestido. Con su pantalón, camisa, paliacate, sombrero y toda la cosa.
Al terminar el año viejo, doblan las campanas y luego repican al iniciar el año nuevo. Es entonces que se ha de quemar al viejo. Entre ponches, risas y alegría se recibe al año nuevo. No deben faltar ni las uvas ni una buena garnacha. Eso es indispensable.
Ahora les pongo un doble/repique de las campanas de mi pueblo. En ésta ocación hiban a sepultar a una señorita que había fallecido. En el pasado se daban dobles a todos los adultos. No se porque ahora les hacen combinación de doble repique. Recordemos que la gente aunque soltera, comete grandes pecados. En fin, disfruten de un muy felíz y próspero año de dos mil nueve.
3 comentarios:
Gracias, Alfredo. Esta es una historia muy bonita.
Feliz año paisano, yo soy de Irapuato, que recuerdos los de las fiestas del bajio.
Un saludo
Felíz Año Nuevo para ti también malhechito. Saludos.
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