sábado, 28 de enero de 2012

La Fiesta para Honrar a Nuestra Señora de la Candelaria, en su Sexto día de Novena.





DIA SEXTO.

LECCION.

   "El tercer misterio que nos recuerda la Santa Iglesia
el día 2 de Febrero, es el encuentro del anciano Simeón
y de a profetisa Ana con Jesús y sus padres en el Templo.
   María había consumado su sacrificio, pues que había
dicho á Dios: os ofrezco mi Hijo, el que es también Hijo
vuestro. Al ir á bajar las gradas del templo para empren-
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1.  Id. V. 24.
2.  2 Cor. II 15.
3.  I Cor. III 22 y 23.



15

der otra vez el camino de Nazaret, le sale al encuentro
un anciano, Simeón el Justo que esperaba y deseaba ar-
dientemente la venida del Redentor de Israel y Ea quien
Dios había prometido no sacrle del mundo sin haberle
mostrado al Deseado de las naciones. Simeón tomó en 
sus brazos al divino Niño, le bendijo, y devolviéndolo en
seguida á su Madre, entonó este hermoso cántico: Ahora,
Señor, puedes despedir á tu siervo. Moriré en paz,
según tu palabra, porque mis ojos han visto t Salva-
dor, el Salvador que has preparado ante la faz de to-
dos los pueblos para que sea su lumbre y la gloria de
tu pueblo Israel."
   "Dinos ¡oh María! ¿Cuáles fueron los sentimientos de
tu corazón maternal al oir las bendiciones y las magneifi-
cas profesías del santo anciano? Tierna madre, tus ale-
grías serán muy poco duraderas Simeón prosigue de es-
ta suerte: Este Niño ha venido para salvación y para
ruina de muchos de Israel; y para señal Aa la que se
hará contradicción, Y una espada de dolor traspa-
sará ¡oh María! tu alma, para que sean descubiertos
los pensamientos de muchos corazones. (I)
   La santidad y grandeza del Salvador, sus humillacio-
nes en el Huerto de los Olivos, en Jerusalen, en la vía
dolorosa y en el calvario; he aquí los puntos de vista que
han quedado profundamente impresos en el inocente
Corazón de María. Que esta santa Madre imprima en
nuestras almas la bondad de nuestro divino Salvador y
sus humillaciones, para que siendo compañeros de su pa-
sión, lo seamos también en su gloria.
   Las Ave Marías como el día primero.

Oración para el dia sexto.
   Fué grande vuesto gozo¡oh María! al oir las alaban-
zas que el Santo anciano Simeón dirigió Ea vuestro Hijo
bendito; pero ¿cuál fué vuestro sentimiento al oir de bo-
ca del mismo anciano, que una espada de dolor traspa- 
saría vuestra alma dulcísima? La pasión y la muerte de 
vuestro santísimo Hijo, ha venido a amargar los días 
más felices de vuestra vida. Nosotros, por tanto, desea- 
mos desde ahora estar con Vos junto á la cruz, y aso- 
__________
   I. Cateco. de Perseva. 



16

ciarnos á vuestro llanto. Grabad en nosotros la muerte
de Jesús y sus preciosas llagas, para que arrepentidos de
nuestros pecados, logremos el fruto de nuestra reden-
ción y de vuestras lágrims. Amén.

   Gozos y oración final. 

GOZOS

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh Virgen María
Sé nuestro amparo en la vida,
Y en la muerte nuestra guía!
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De tus glorias olvidada
Y de tu gracia valiosa,
Al templo vas, presurosa,
Para ser purificada,
Y te presentas rendida
Ante el Hacedor del día.
Sé nuestro amparo......
_______

Tu concepto fué divino,
Tu parto fué inmaculado,
Pues ser Madre del increado
Fué tu altísimo destino.
A Dios tu alma tan unida,
¿Cómo inmunda ser podía?
Sé nuestro amparo......
_______

Toda pura y sin borrón
Al presentarte en el templo,
Con humildad sin ejemplo
Haces nuestra tu expiación.
Muestra cual flor escondida,
Tu fragancia y gallardía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pobre dón has presentado
En dos palomas sin fausto,
Una para el holocausto,
La otra por el pecado.
Así la ley fué cumplida,
Aunque no te concernía.
Sé nuestro amparo......
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En tus brazos, al Dios niño
Con afecto puro y tierno
Presentas al Ser Eterno
Como un don de tu cariño,
Y remedias, condolida,
Los males del que gemía.
Sé nuestro amparo......
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Y Dios aceptó, propicio,
Esta víctima inocente,
Para que fuera, clemente,
Propiación por el vicio.
La salud nos fue obtenida
Por su grán soberanía.
Sé nuestro amparo......
_______

Eres la pequeña fuente
Que en un rio se convirtió
Y que en luz se transformó
Y aun en sol resplandeciente.
Por tu humildad tan crecida,
Fuiste Reina exelsa y pía,
Sé nuestro amparo......
_______

Ana y Simeón conmovídos.
De Jesús á la presencia,
Con profunda reverencia
A Dios alaban rendidos.
Así terminan su vida
Con un cantar de alegría.
Sé nuestro amparo......
_______

Nuestra manchada conciencia
Purifica, tierna Madre.
Y preséntanos al padre,
Movidos á penitencia.
Sea tu nombre nuestra egida,
Nuestra dulce melodía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh virgen María!
Sé nuestro amparo en la vida
Y en la muerte nuestra guía.

Oración Final

¡Oh María! Vos sois la Madre de Dios y por la mismo
nada resiste á vuestro poder, nada se opone á vuestra for-
taleza: á vuestra voz todo se rinde, á vuestro imerio to-
do obedece. todo sirve á vuestra potestad (I). Conce-
dednos, por tanto que para contrarestar al infierno que
en este siglo vomita maldiciones contra Vos y contra
vuestro corazón se parte de dolor, al ver ultrajada vues-
tra bondad y maldecido vuestro honor. Quisiéramos
destruir estos agravios, aun á costa de nuestra vida; más
ya que no merecemos gracia tan insigne, quere-
mos, al menos, bendeciros ahora y en todos los instan-
tes de nuestra vida: queremos amar y bendecir á
nuestro divino Salvador. Purificad nuestra concien-
cia por la aplicacieon de los méritos de Jesús, y dadnos que
todas las acciones de nuestra vida sean conformes á la
ley de nuestro santísimo Hijo. Amén.

LAUS DEO.

( I ) S. Greg.j Nicom. Or. Oblat. Deip.

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