viernes, 27 de enero de 2012

La Fiesta para Honrar a Nuestra Señora de la Candelaria, en su Quinto día de Novena.


Altar con 
Nuestra Señora de la Candelaria 
en la casa de Don Germán Ramos y Antonia Rivera, 
mis bisabuelos hecho por tío Mon Ramos Rivera. 
Pueblo Nuevo Gto, circa 1928.  



DIA QUINTO

LECCION.

   ¡Cuan imponderable es el beneficio que María Santí-
sima nos hizo, presentando en el templo á su divino hijo
y cuánto debemos á nuestro buen Jesús que se ofreció á
Dios para nuestro bien!
   El Hijo de Dios, al ser presentado en el templo, quiso
darnos ejemplo de humildad, de obediencia y de piedad:
quiso renovar de un modo solemne, la oblación que á su 
Eterno Padre había hecho desde el momento de su En-
carnación? quiso ofrecer á Dios todos los tormentos de su
pasión que desde aquel momento aceptó para redimirnos
de la esclavitud del demonio. Y Dios aceptó este sa-
crificio como el único capaz de desarmar su justicia irri-
tada por nuestros pecado.
   A este fin el divino Niño fue presentado en el templo
por manos de María su augusta Madre, que en esta vez,
según San Epifanio, hizo veces de sacerdote, ofreciendo
á Dios el sacrificio mas heroico para su corazón: á este
fin la Madre Virgen dió por Jesús el precio del rescate que
determinaba la ley, no obstante que el Hijo de Dios esta-
ba dispensado de rescatarse á sí mismo.
   María nos ha presentado á Jesucristo para que, "cre-
yendo en él seamos justificado por la fé" [I] para que,
siendo de Cristo, "crucifiquemos nuestro propia carne
__________
   I. Ad. Gal. VI-16


14

con sus vicios y concupiscencias" [I]; y para que, lejos
de nosotros la fetidez del pecado y la corrupción de los
vicios, seamos para Dios "buen olor de Jesucristo" [2]
¿Puede darse mayor dón que el que María nos ha he-
cho, dándonos á su Santísimo Hijo en su presentación?
   Alegraos, hijos carísimos, puede decirnos esta Madre
benigna; por que habiendo ofrecido por vosotros á mi
Hijo Jesús, no me queda ya mas que daros, ni en la tie-
rra ni en el cielo. Alegraos sí, porque con Jesús todo es
vuestro. Y vosotros sois de Cristo y cristo de Dios.
(3) 

Las Ave Marías como el día primero.

Oración pare el dia quinto.

¡Oh María! siempre habeis sido el amparo universal
de la santa Iglesia y nuestro consuelo en la vida. Vos
habeis escuchado nuestros clamores, habeis curado nues-
tras enfermedades y os habeis esmerado en protejernos.
¿Y cual ha sido el objeto de vuestra maternal solicitud
sino que Jesucristo reine en nuestros corazones? ¡Oh dul-
ce Madre nuestra! ¿Cómo expresaremos nuestra gratitud
á vuestros beneficios? Queremos servir á nuestro Dios y 
vuestro hijo amadísimo; queremos mudar de vida y ha-
cer penitencia por nuestros pecados. Convertidnos á Dios: 
sostened nuestros propósitos y alcanzadnos el dón de la 
perseverancia final. Amén.

Gozos y oracion final.

GOZOS

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh Virgen María
Sé nuestro amparo en la vida,
Y en la muerte nuestra guía!
_______

De tus glorias olvidada
Y de tu gracia valiosa,
Al templo vas, presurosa,
Para ser purificada,
Y te presentas rendida
Ante el Hacedor del día.
Sé nuestro amparo......
_______

Tu concepto fué divino,
Tu parto fué inmaculado,
Pues ser Madre del increado
Fué tu altísimo destino.
A Dios tu alma tan unida,
¿Cómo inmunda ser podía?
Sé nuestro amparo......
_______

Toda pura y sin borrón
Al presentarte en el templo,
Con humildad sin ejemplo
Haces nuestra tu expiación.
Muestra cual flor escondida,
Tu fragancia y gallardía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pobre dón has presentado
En dos palomas sin fausto,
Una para el holocausto,
La otra por el pecado.
Así la ley fué cumplida,
Aunque no te concernía.
Sé nuestro amparo......
_______

En tus brazos, al Dios niño
Con afecto puro y tierno
Presentas al Ser Eterno
Como un don de tu cariño,
Y remedias, condolida,
Los males del que gemía.
Sé nuestro amparo......
_______

Y Dios aceptó, propicio,
Esta víctima inocente,
Para que fuera, clemente,
Propiación por el vicio.
La salud nos fue obtenida
Por su grán soberanía.
Sé nuestro amparo......
_______

Eres la pequeña fuente
Que en un rio se convirtió
Y que en luz se transformó
Y aun en sol resplandeciente.
Por tu humildad tan crecida,
Fuiste Reina exelsa y pía,
Sé nuestro amparo......
_______

Ana y Simeón conmovídos.
De Jesús á la presencia,
Con profunda reverencia
A Dios alaban rendidos.
Así terminan su vida
Con un cantar de alegría.
Sé nuestro amparo......
_______

Nuestra manchada conciencia
Purifica, tierna Madre.
Y preséntanos al padre,
Movidos á penitencia.
Sea tu nombre nuestra egida,
Nuestra dulce melodía.
Sé nuestro amparo......
_______

Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh virgen María!
Sé nuestro amparo en la vida
Y en la muerte nuestra guía.

Oración Final

¡Oh María! Vos sois la Madre de Dios y por la mismo
nada resiste á vuestro poder, nada se opone á vuestra for-
taleza: á vuestra voz todo se rinde, á vuestro imerio to-
do obedece. todo sirve á vuestra potestad (I). Conce-
dednos, por tanto que para contrarestar al infierno que
en este siglo vomita maldiciones contra Vos y contra
vuestro corazón se parte de dolor, al ver ultrajada vues-
tra bondad y maldecido vuestro honor. Quisiéramos
destruir estos agravios, aun á costa de nuestra vida; más
ya que no merecemos gracia tan insigne, quere-
mos, al menos, bendeciros ahora y en todos los instan-
tes de nuestra vida: queremos amar y bendecir á
nuestro divino Salvador. Purificad nuestra concien-
cia por la aplicacieon de los méritos de Jesús, y dadnos que
todas las acciones de nuestra vida sean conformes á la
ley de nuestro santísimo Hijo. Amén.

LAUS DEO.

( I ) S. Greg.j Nicom. Or. Oblat. Deip.


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