La Vida de los Santos

Desde siempre, he estado interesado en la vida de los santos. Creo que debe ser porque crecí con la religión católica y aunque se que la gente en la actualidad se ha vuelto cínica cuando uno menciona lo relacionado a la religión, yo escucho y callo. He leído sobre la vida de San Antonio de Padua, San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola y Santa Teresa de Jesús. Es interesante como llevaron su vida los santos y que los hizo santos. Viven una vida, ejemplar para nosotros y siempre se nos dice en la iglesia, que debemos tratar de imitar una vida así. Eso no significa que yo sea santo ni que tenga ni una brisna de serlo ni tampoco lo deseo. No hago mal a nadie ni tampoco deseo hacerlo. Santa Teresa de Jesús o Teresa de Cepeda y Ahumada, su nombre de pila la conocí en 1984, en la vida de "Teresa de Jesús" que magistralmente interpretó, Concha Velasco y producida por la televisión española. Es una serie que de veras se las recomiendo. Nos muestra en la serie, el cinismo de la gente de su tiempo, la envidia entre las monjas sus compañeras, los sacrificios de Santa Teresa hacía y las burlas que la gente de su tiempo le hacía. Igualito a la gente de la actualidad, si es que llevan una vida ejemplar, sufren también. La escencia de la humanidad creo que no cambia, cambia nuestra forma de pensar al ser adultos pero en escencia, seguimos siendo los mismos. Existen y vuelven a nacer, el odio y la incomprención hacia los demás, porque son diferentes a nosotros.


Existe la parroquia de Santa Maria della Vittoria en Roma, que es un edificio de una hermosura incomparable y que en el altar mayor, se encuentra la famosa escultura de esculpida por Gianlorenzo de Bernini, el Éxtasis de Santa Teresa. Una escultura de una belleza incomparable. El estar allí, es una experiencia maravillosa. Eso es lo que los hombres han hecho por amor, amor a Dios.


Les anoto a continuación, una poesía escrita a Dios por Santa Teresa de Jesús, Nada te Turbe.

Nada te turbe

Nada te turbe;

nada te espante;

todo se pasa;

Dios no se muda,

la paciencia

todo lo alcanza.

Quien a Dios tiene,

nada le falta.

Solo Dios basta.