martes, 23 de marzo de 2010

EE.UU. y su fascinación con los perros, toda una mamada.



Desde que llegué a éstos enormes Estados Unidos, he notado el encanto que los estadounidenses tiene con sus perros. A tal grado, que resulta ridículo hasta cierto punto. Estoy seguro que todos los seres del planeta tenemos una fascinación por algo, creo que muchos de los hispanoamericanos somos adictos a la religión católica. Creo que también en la actualidad al narcotráfico que nos acarrea nefastos resultados. Me he dado cuenta que en los EE. UU. la gente tiene perros a diestra y siniestra, los adoran y tratan como miembros de su familia. Hasta cierto punto, se les trata a los perros mejor que a los conciudadanos o a los vecinos. Recuerdo que por primer vez ví en Chicago a unas ancianas que traían un perro pequeño cada una. Las Sras. bien bestidas con abrigo y con sus perros atados a una correa. Los perros hicieron sus necesidades fisiológicas o sea, hicieron caca y las Sras. muy atentas viendo como defecaban sus perros. Nosotros no dabamos crédito a lo que veíamos. ¿Unas distinguidas señoras viendo como defecan sus perros? Y para colmo, ¡Han sacado un pañuelo de papel y le limpiaron el jundillo a los perros! Cosa nunca vista y sorprendente para nosotros. En México, a los pobres perros no los tratan así. Andan los pobres animales en jaurías en la calle. En todo el país se les puede ver atropellados en las carreteras. Así como se ven a los pobres venados, mapaches y tlacuaches atropellados en los caminos de EE. UU. Así se ven los perros en México, embarrados en los caminos.




Me llama mucho la atención el ver que tanta gente tiene perros y no limpian la caca en las calles de Seattle ni el los parques ni jardines ni mucho menos en los senderos del bosque. Quisiera tener un tipo de atomisador que no contamine y marcar cada mierda que me encuentro. Es increíble ver que las personas bajan a los perros con correa atada al cuello y... en cuanto tienen la primer oportunidad, los sueltan a sabiendas que eso está prohíbido en toda la ciudad. Creo que los oficiales de la policía recaudarían mucho más dinero atrapando y dando infracciones a los dueños de los perros que a los conductores de vehículos. Esa ley es algo así como las leyes de México, que todo mundo las pasa por alto y ni los oficiales las respetan. Me da más rabia porque siempre que los vecinos dejan a sus perros libres, vienen como por arte de magia a cagarse en el jardín de ésta su humilde casa. Yo no tengo perros porque no quiero estar recogiendo la mierda de ellos y tengo que levantar la de los perros de los otros vecinos que lo hacen a propósito. Saben perfectamente que los perros se irán a cagar y otra persona tiene que limpiar lo que ellos no desean hacer. ¡Todo una mamada!


Las pinturas son de Oscar Capeche



Me pregunto, ¿Por qué su adoración con los canes? Creo que es la soledad que viven los estadounidenses que los hace amar a un animal de cuatro patas mejor que al prójimo. Puediera ser también el tipo de vida política que se vive en ésta nación. Estados Unidos puede ser brutal para los no preparados a éste tipo de vida. EE. UU. es un país capitalista que para algunos, nos resulta brutal y para otros, un paraíso y para los perros, el edén.

1 comentario:

El Bable dijo...

La misma duda mantengo. ¿Cuál es el afán de tener ropa, restoranes, peluquerías y demás para los perros? Coincido contigo de que la soledad en que se vive, muchas veces lleva a la gente a entenderse mejor con los animales que con los otros humanos. ¿Por qué? Simple, porque los perros no hablan, no razonan, solo viven de instinto y hay quien ve la vida, de ese modo. Sinceramente prefiero seguir viendo perros aplastados en las calles, por cierto, huelen horrible.

Saludos