martes, 8 de septiembre de 2009

Solo fue un sueño

Ayer, volví a ver, oír y sentir, lo que mi pueblo fué. Vi, que mi pueblo conservaba su encanto de cientos de años atrás, cuando aún no llegaba, la modernidad que tanta destrucción a causado. No se si para bien o para mal. En mi punto de vista, tres veces mal. Vi, las puertas de las casas del pueblo de madera de mezquite y pintadas de verde tierno, tal y como las pintaban en la antigüedad. Las calles permanecían empedradas al igual que las banquetas. Había charcos de agua en los sumideros que con el peso de algún coche, se hacían. Crecía entre las piedras, "tianguis" y dientes de león, esas plantas típicas de los empedrados de tierras calientes que enverdecen las piedras. Vi, los pocos coches que existían en mi pueblo, quince o diezyséis en total. Mi tío Lolol Ramos tenía uno, otro los parientes Ramos del portal Hidalgo y los Ramos de La Galera y Humberto Ramos. Jorge González "chanchomón" tenía una camioneta y otra Angel González "el bachiller". También el Dr. Abelardo Razo tenía vehículo. Los Ramírez tenían una camioneta, Angel y Polo Ramos otra cada uno. Creo que los Aguilera tenían un volkswagen. En casa de Raúl García tenían vehículo también. Al igual que los hijos de Luis García y había una en casa de Lalo Fonseca. Creo que son todos los vehículos que existieron en Pueblo Nuevo en los años setenta del siglo pasado. Me olvidaba, el Sr. Cura tenía camioneta, la cual usaba para ir a celebrar misas a los diferentes ranchos del municipio. Además de éstos vehículos, existían creo los seis camiones de mi tío "Mon" Ramos. En la actualidad, mi pueblo se a convertido en un pueblo muy traficado por cientos de vehículos que no solo son de los neopoblanos, también de la gente de las poblaciones vecinas que ahora no tienen burros ni bicicletas como medio de transporte, todo mundo tiene vehículos motorizados.


Vi también a mi madre entre las jacarandas y limoneros del patio de la casa, nos enteramos que la supuesta enfermedad que tanto temíamos, era solo una falsa alarma y error médico. Ella no tenía ni cáncer ni cosa que se le pareciera y se recuperaba en un sancti amén. La vi sonreír, platicar, abrazarnos y comer entre sus amados cactos y geranios. Me fui de casa sin temor ni pendiente, esperando volver a verla muy pronto. Muy desagradable fue mi sorpresa al despertar y darme cuenta, que todo había sido solo un sueño. Me puse a llorar de desesperanza y tristeza, sabiéndome y encontrándome entre la realidad de mi existencia y orando porque algún día, pudiese volver a verla.

2 comentarios:

Bob Mrotek dijo...

Alfredo,
También extraño a mi madre y a veces siento su presencia. Un día si Dios quiere voy a regresar a sus brazos. Ojalá...Amen.

El Bable dijo...

Alfredo:

Creo que cuando se tienen buenos recuerdos es gratificante sacarlos de vez en cuando para ver lo afortunado que somos en al menos tener eso, un grato recuerdo, un pasado rico y en legado envidiable.

Las cosas cambian, deafortunadamente para mal la mayoría, como quiera hay algo bueno, y eso bueno es la memoria que hace perdurar el pasado, que indudablemente, en la mayoría de los casos fue mejor, pero, la vida continua y hay que seguir el camino.

Saludos