domingo, 9 de diciembre de 2012

El Escudo Franciscano, lo que significa.




 Los escudos, son figuras heráldicas que todas las hermandades e instituciones poseen como símbolo de las mismas en la que están simbolizados los titulares y naturaleza de la corporación. Los escudos de las hermandades están representados en los estandartes, libros de reglas, palios, pasos y a veces también, en algunas insignias. También aparece el escudo de las hermandades en las túnicas de los nazarenos, en los cirios, medallas etc.




Por lo que parece, fue a causa de los torneos por lo que los caballeros decidieron adoptar emblemas determinados y llevarlos para poder ser siempre reconocidos. Por otra parte, si la familia de un caballero llegaba a ser bastante conocida, a este le resultaba muy útil emplear el mismo emblema que el de su padre, para que todos se dieran cuenta de la relación.

Desde la Edad Media, los escudos de armas se hicieron de uso común para los guerreros y para la nobleza; por eso, se fue desarrollando un lenguaje muy articulado que regula y describe la heráldica civil. Paralelamente, también para el clero se formó una heráldica eclesiástica, que sigue las reglas de la civil para la composición y la definición del escudo, pero que inserta alrededor símbolos e insignias de índole eclesiástica y religiosa, según los grados del orden sagrado, de la jurisdicción y de la dignidad.

Es tradición, al menos desde hace ocho siglos, que también los Papas tengan su propio escudo
personal, así como simbolísmos propios de la Sede Apostólica. De modo especial en el Renacimiento y en los siglos sucesivos, se solía decorar con el escudo del Sumo Pontífice felizmente reinante todas las principales obras realizadas por él. En efecto, los escudos papales aparecen en obras de arquitectura, en publicaciones, en decretos y en documentos de diversos tipos.

A menudo los Papas adoptaban el escudo de su familia, si existía, o componían un escudo con simbolismos que indicaban su ideal de vida, que hacían referencia a hechos o experiencias pasadas, o que aludían a elementos vinculados a su programa de pontificado. Con frecuencia aportaban alguna variante al escudo que habían adoptado como obispos.

El Escudo de la Orden de San Francisco nos muestra dos brazos cruzados sobre la cruz Tau o Tao, que el la última letra del alfabeto hebreo. El primer brazo desnudo representa a Jesucristo y el segundo a San Francisco de Asís, fundador de la orden franciscana. Cada mano tiene una marca de una cruz pequeña; estas representan las marcas de los clavos que recibió Jesús en su pasión y muerte. San Francisco experimentó los estigmas: a él se le aparecieron también las mismas llagas que sufrió Cristo. Por esta razón, San Francisco es conocido como el que reflejó al mismo Cristo. A veces, también se ponen nubes debajo de los brazos, significativo de que San Francisco ahora disfruta la Vida Eterna al lado de Jesús.

La difusión del escudo franciscano de los brazos cruzados de Cristo y de Francisco se lleva a cabo durante el generalato de Francisco Sansón (1475-1499), quien a través de las muchas obras de arte
que encarga y dona a las iglesias de Asís, Padua, Florencia, Brescia..., hace que se convierta en el escudo propio de la Orden Franciscana.



El significado del escudo de los Franciscanos es la conformidad de Francisco con Cristo: el crucificado del Alvernia con el Crucificado del Gólgota. En algunos escudos se llega a una conformidad tal, como se ve en un escudo del Sacro Convento de Asís (1478) en que aparece una cruz grafiada y las manos clavadas en ella.

Las Llagas: Son las cinco estigmas sangrantes de Cristo; generalmente caracterizadas con cinco racimos de uvas.

Los Clavos: los tres clavos de la crucifixión.

La Paz y el bien: Brazos cruzados, el desnudo es de Jesucristo y el que tiene manga de hábito es de San Francisco; al centro un crucifijo. Emblema de todas las familias e institutos franciscanos.



La Cruz de Jerusalén: el escudo de armas del reino surgido en la Primera Cruzada. Una Cruz grande central con cuatro cruces griegas entre cada brazo de la mayor. Un total de cinco cruces que, a su vez, representan las cinco llagas de Cristo. La cruz grande representa a Jesucristo y las cuatro pequeñas a los evangelistas y a las cuatro esquinas de la tierra.



El Cordón: Es el símbolo de pobreza; éste sustituye al cinturón; los tres nudos representan los votos de pobreza, obediencia y castidad. Suele utilizarse para “enmarcar” otros símbolos y emblemas distintivos.

La Tao o Tau: última letra del alfabeto hebreo y decimonovena del griego. San Francisco la adoptó como símbolo de la cruz que significa conversión y penitencia, redención y salvación de Cristo, elección y, sobretodo, protección de Dios. Influencia del profeta Ezequiel. También la usaron San Antón y Santa Tecla. Es el emblema oficial de la orden de San Francisco.

Los Frailes Menores tienen su origen en la Italia del siglo XIII. Desde su fundación, por San Francisco de Asís, se han constituido en tres familias que siguen una regla específica: la primera, que congrega a los religiosos varones; la segunda, organiza las congregaciones femeninas y la tercera, de laicos comprometidos y seglares penitentes que se ven en muchas iglesias del hispano América con su órden tercera de San Francisco. El uso común de la denominación “franciscanos” refiere a los religiosos varones observantes de la primera regla.



La presencia de la orden franciscana en México data de 1524 y fue el primer instituto religioso canónicamente establecido. La labor de los frailes franciscanos estuvo enfocada a coadyuvar en los procesos de culturización de la población indígena basada en una estructura educativa de doble vía: la enseñanza religiosa -catecismo- y la escolarización -estudio de gramática y lengua-. 

Los franciscanos actuaron tanto en los centros urbanos con un profundo arraigo cultural y densamente poblados fundando conventos y colegios; así como en territorios más alejados con asentamientos dispersos donde establecieron misiones. De esta manera, la presencia franciscana se extendió por todo el centro, sur y norte del actual territorio nacional, en el que establecieron jurisdicciones territoriales llamadas provincias y en el norte de la Nueva España o México y ahora sur de los Estados Unidos, donde fundaron pueblos de misión.

A finales del siglo XVI llegaron miembros de otra rama franciscana conocidos como Franciscanos Descalzos, destinados originalmente, a la cristianización en Filipinas. Durante el siglo XVII, los franciscanos del territorio central, destinaron el uso de algunos de sus conventos para la práctica del recogimiento espiritual y los llamaron de Recolección o recoletos. En ese mismo siglo se establecieron los Colegios Apostólicos de Propaganda Fide independientes de las provincias y con jefatura establecida en Roma.



De esta manera, durante el periodo colonial, la Orden de Frailes Menores tuvo la siguiente estructura: 

La rama de los observantes, los franciscanos mejor conocidos en México, fundaron las provincias: del Santo Evangelio de México -a la que pertenecían los recoletos- (1536), San José de Yucatán (1559), San Pedro y San Pablo de Michoacán (1565), San Francisco de Zacatecas (1603) y Santiago de Jalisco (1606). La rama descalza fundó la Provincia de San Diego de México en 1599. Por su parte, los Colegios de Propaganda Fide se establecieron en las ciudades de Querétaro, 1682; Guadalupe, Zacatecas , 1704; México, 1734; Pachuca, Hidalgo, 1771; Orizaba, Veracruz, 1799; Zapopan, Jalisco, 1812 y Cholula, Puebla, 1860.



En el siglo XIX la nueva conformación del México independiente y la promulgación de las Leyes de Reforma generaron una grave crisis que trastocó el orden eclesiástico. Por ello, en 1897 el papa León XIII ordenó la reorganización de las ramas franciscanas. En 1908 el superior de la orden, en Roma, decretó la unión de las diversas provincias y colegios en México quedando bajo la denominación común y única de Orden de Frailes Menores.

Desde sus inicios, esta orden se caracterizó por la importancia que dieron a las colecciones bibliográficas de los distintos conventos y colegios que tuvieron bajo su cargo. En su regla y estatutos los franciscanos contemplan la existencia y desarrollo de éstas.

Característica fue la renombrada biblioteca del Convento Grande de San Francisco de México que identificó, como propios, sus libros con marcas de fuego. Otras bibliotecas franciscanas que emularon dicha práctica:

Observantes: México, Tacuba, Tlaxcala, Huejotzingo, Cholula, Puebla, Atlixco, Toluca, Querétaro, Zacatecas.

Recoletos: San Cosme; Puebla: Totimehuacán y Huaquechula; Tlaxcala: Tepeyanco.

Descalzos: San Diego, Tacubaya, Churubusco; Puebla: Santa Bárbara (San Antonio), Texmelucan; Guanajuato, Morelia.

La información ha sido tomada directamente de: http://www.marcasdefuego.buap.mx:8180/xmLibris/projects/firebrand/ordenes_religiosas.html

3 comentarios:

Roberto Gil dijo...

Saludos desde España, me llamo Roberto y me ha encantado este artículo.

Elvia Martín del Campo dijo...

Hola, Alfredo, me gustó mucho tu post, buscaba información del escudo franciscano para una novela, gracias.

Elvira Zúñiga Sotomayor dijo...

Me gusta.