En un día como hoy, pero de 1909, nació mi abuela materna, Antonia Ramos Rivera. Hija menor del primer matrimonio de su padre, Don Germán Ramos Solís y de Antonia Rivera Mota. Quedó huérfana de madre a los dos meses de edad y vivió para ser mi abuela y la abuela de otros catorce nietos que tuvo. Siempre sonriente, siempre alegre, siempre ocupada, siempre cariñosa.
Entre sus miles de historias, una que recuerdo que nos decía es:
De una,
de dola,
de tela,
canela,
zumbaca,
tabaca,
de vira virón,
cuéntalas bien,
que las once son,
en el reloj,
de la Consepción.
Requiescat in pace.
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