lunes, 29 de junio de 2009
El Barón y La Marquesa
Otra de esas historias con rima que me encontré en la güeb en dos mil uno cuando estudiaba literatura hispanoamericana. No se quien es el autor pero causa gracia el "mal entendido" de las palabras a quien leé el poema. Tiene tintes picarescos y no se de que época es. He estado buscando en internet pero sin éxito. Por lo pronto, aquí lo tienen para que lo disfruten.
EL BARÓN Y LA MARQUESA
En casa de la marquesa,
de voluta y encomienda,
grandes nombres a la mesa
hallábanse de merienda.
Era tarde de tormenta
y del cinquillo cansados
al son de la cuarta cuenta
del carillón historiado,
resolviéronse animados,
por el barón de Braganza,
ni cartas jugar, ni dados,
¡Vivan las adivinanzas!
¡Qué empiece doña Faustina
ya que es nuestra anfitriona!
dijo, entusiasta, la prima
del valido de Estepona.
Sea pues como decís.
Asintió la ilustre dama,
y pensando en un rubí
que ensortijado portaba
el enigma planteó:
Objeto precioso y grueso
que con gran satisfacción
llégala a la dama al hueso
con lágrimas de emoción.
¡Qué ha de ser querida amiga,
dijo el barón en un rapto
sino el ilustre artefacto
con que transmitir la vida!
¡Virgen Santa!,
!Sebastián! Tráigale al señor barón
su sombrero y su gabán
que se marcha en éste instante,
aunque, si pide perdón
puede seguir adelante.
Prosiga el juego.
Parando su vista ahora
en un magnífico lienzo
caballo de raza mora
galopaba contra el viento.
Y anunció de esta manera:
Fuerte es, terso y hermoso
y si mano placentera
lo acaricia sin reposo
se le ve mucho mas sano,
mas entero, mas fogoso.
Ojos en blanco, el barón,
con el aliento alterado
anunció, no sin agrado,
su brillante deducción.
Amigos todos, marquesa:
puedo decir con orgullo
que del enigma concluyo
una única respuesta.
¿No será, fatalidad,
ese miembro tan preciado
que del hombre confiado
prueba es de virilidad?
¡Ánimas del Purgatorio!
¿Qué dice éste desdichado?
¡Lo que ha dicho el vejestorio
todos habéis escuchado!
!Mayordomo!
¿Mi señora?
¡Gabán, sombrero y bastón!
¡Qué de aquí y en buena hora
se nos va el señor barón!
Tales fueron las razones,
las disculpas, las promesas,
que el de Braganza en la mesa
prosiguió sin más sanciones.
Y en esta tercera vez
vino a fijar la señora
en un bollo y un café
su atención y adivinanza,
y expuso ya sin demora
como obliga antigüa usanza:
Entra soberbio y erguido
y despues del movimiento
en el cálido fluído
pierde su antigüa apostura
y su turgencia y sustento,
es una birria, es blandura.
Y levantóse el barón:
Mi querido Sebastián
traiga mis cosas y acabo.
Solución la da el barón:
rabo, picha, polla, nabo.
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