Otro altar de los años 30 en casa de mis bisabuelos,
Pueblo Nuevo Guanajuato.
DIA OCTAVO.
LECCION.
<< La ceremonia de la purificación, como de rito judai-
co, quedó abolida desde la promulgación del Evangelio;
pero las madres cristianas, al salir de casa por primera
vez, después de su alumbramiento, han querido imitar á
la Santísima Vírgen que voluntariamente se sometió á
una ley que no le oncernía; y por lo mismo, lo primero
que hacen estas madres felices, es dirigirse al templo á
recibir las bendiciones del sacerdote y á manifestar á
Dios su reconocimiento por el beneficio recibido. Nada
más justo que su primera visita sea á la casa de Dios. >>
<< Al llegar allí, la madre cristiana, debe dar gracias á
Dios por su feliz alumbramiento, pidiendo la bendición
para sí y para su hijo: debe pedir los auxilios necesarios
para educar en la virtud á la criatura que dió á luz y
para preservarla de todo pecado: debe, por fin, consa-
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grarla á Dios para que la libre del demonio y para que
guié sus pasos para la vida eterna. >>
<< Dios á permitido á esta muger cristiana ser madre
para que haga de su hijo.... un buen hijo para la Igle-
sia, un hermano de Jesucristo, un santo para el cielo. En
el regazo materno de las madres cristianas está el porve-
nir del hombre, el bienestar e la familia, la felicidad
del mundo. >>
<< La ceremonia expresiva de que en esta ocasión se va-
le la Santa Iglesia para recibir á la muger después de su
alumbramiento, manifiesta que esta muger va al templo,
no como las mugeres judias á purificarse de las manchas
legales en virtud de nna ley abolida: sino á seguir los
pasos de la humildísima Vírgen María, á pagar á Dios el
tributo de alabanzas y de acción de gracias, y á pedir
que haga descender sobre ella y sobre su criatura sus
bendiciones. >> (I)
¡Quiera el Señor que las madres cristianas se aprove-
chen de esta lección á fin de que después de su alumbra-
miento, dirijan sus primeros pasos á la puerta del templo,
en donde arrodilladas y con una vela encendida en la
mano, manifiesten con esta sublime ceremonia de la
santa iglesia, que son indignas de comparecer delante de
Dios, pero que aspiran ardientemente por alcanzar sus
misericordias!
Las Ave Marías como el día primero.
Oración para el dia octavo.
Vos sois ¡oh María! el modelo perfecto de nuestra vida,
pues siendo tan pura y tan santa, os habéis presentado
en el templo para enseñarnos á impetrar allí nuestra jus-
tificación y á dar á dios rendidas gracias por sus bene-
ficios. Concedednos que por vuestro medio, nos consa-
gremos á Dios, ofreciéndole todo nuestro ser, nuestro
cuerpo y nuestra alma; y rindiéndole el justo tributo de
nuestra gratitud. Bendecidnos y consagradnos al Señor,
para que seamos libres de nuestros enemigos. Amén.
Gozos y oración final.
__________
I. Cate. de Persev.
Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh Virgen María
Sé nuestro amparo en la vida,
Y en la muerte nuestra guía!
_______
De tus glorias olvidada
Y de tu gracia valiosa,
Al templo vas, presurosa,
Para ser purificada,
Y te presentas rendida
Ante el Hacedor del día.
Sé nuestro amparo......
_______
Tu concepto fué divino,
Tu parto fué inmaculado,
Pues ser Madre del increado
Fué tu altísimo destino.
A Dios tu alma tan unida,
¿Cómo inmunda ser podía?
Sé nuestro amparo......
_______
Toda pura y sin borrón
Al presentarte en el templo,
Con humildad sin ejemplo
Haces nuestra tu expiación.
Muestra cual flor escondida,
Tu fragancia y gallardía.
Sé nuestro amparo......
_______
Pobre dón has presentado
En dos palomas sin fausto,
Una para el holocausto,
La otra por el pecado.
Así la ley fué cumplida,
Aunque no te concernía.
Sé nuestro amparo......
_______
En tus brazos, al Dios niño
Con afecto puro y tierno
Presentas al Ser Eterno
Como un don de tu cariño,
Y remedias, condolida,
Los males del que gemía.
Sé nuestro amparo......
_______
Y Dios aceptó, propicio,
Esta víctima inocente,
Para que fuera, clemente,
Propiación por el vicio.
La salud nos fue obtenida
Por su grán soberanía.
Sé nuestro amparo......
_______
Eres la pequeña fuente
Que en un rio se convirtió
Y que en luz se transformó
Y aun en sol resplandeciente.
Por tu humildad tan crecida,
Fuiste Reina exelsa y pía,
Sé nuestro amparo......
_______
Ana y Simeón conmovídos.
De Jesús á la presencia,
Con profunda reverencia
A Dios alaban rendidos.
Así terminan su vida
Con un cantar de alegría.
Sé nuestro amparo......
_______
Nuestra manchada conciencia
Purifica, tierna Madre.
Y preséntanos al padre,
Movidos á penitencia.
Sea tu nombre nuestra egida,
Nuestra dulce melodía.
Sé nuestro amparo......
_______
Pues del Señor tan querida
Eres ¡oh virgen María!
Sé nuestro amparo en la vida
Y en la muerte nuestra guía.
Oración Final
¡Oh María! Vos sois la Madre de Dios y por la mismo
nada resiste á vuestro poder, nada se opone á vuestra for-
taleza: á vuestra voz todo se rinde, á vuestro imerio to-
do obedece. todo sirve á vuestra potestad (I). Conce-
dednos, por tanto que para contrarestar al infierno que
en este siglo vomita maldiciones contra Vos y contra
vuestro corazón se parte de dolor, al ver ultrajada vues-
tra bondad y maldecido vuestro honor. Quisiéramos
destruir estos agravios, aun á costa de nuestra vida; más
ya que no merecemos gracia tan insigne, quere-
mos, al menos, bendeciros ahora y en todos los instan-
tes de nuestra vida: queremos amar y bendecir á
nuestro divino Salvador. Purificad nuestra concien-
cia por la aplicacieon de los méritos de Jesús, y dadnos que
todas las acciones de nuestra vida sean conformes á la
ley de nuestro santísimo Hijo. Amén.
LAUS DEO.
( I ) S. Greg.j Nicom. Or. Oblat. Deip.
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